VIOLENCIA HACIA LOS HOMBRES, MALTRATO SILENCIOSO

RESUMEN

La violencia dirigida a los hombres no es una regla común de encontrar, si bien las mujeres históricamente han sido las principales víctimas de la violencia, también es cierto que los hombres sufren diversas formas de maltratos.

La violencia de género en contra de los hombres puede incluir la violencia física, psicológica, sexual, emocional y económica. Siendo la violencia psicológica la forma más común de emplearse mediante humillaciones, aislamiento, indiferencia y creación de escenas complicadas para evitar la convivencia con las personas más allegadas al varón.

Para poder generar empatía es importante hacer mención que la violencia de género puede ocurrir en cualquier dirección y es necesario comenzar a generar un marco legal de protección equitativa, sin importar el género al que pertenezcas.

Palabras clave: Empatía, hombre, maltrato, protección, violencia de género.

INTRODUCCIÓN

No es un secreto que la violencia contra la mujer es la forma más común de violencia de género, y que los hombres son comúnmente los perpetradores de la misma, pero no queremos darnos cuenta de que en nuestra sociedad también existen mujeres violentas.

Si bien en México la forma de erradicar la violencia comenzó a ser trabajada a partir del año 2007 con la promulgación de la (Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, 2007), la importancia de esta Ley radica en que el bien jurídicamente tutelado es el derecho humano de las mujeres a una vida libre de violencia. La ley es clara, brinda protección a la mujer, sin embargo, hablando de un tema de equidad la protección ejercida al hombre ha quedado sin lugar a duda en el vacío.

Es por lo que la violencia al hombre es más silenciosa, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) casi un 25% de las denuncias corresponden a hombres maltratados por su pareja. Sin embargo, la mayoría de los hombres que informan haber sufrido de violencia por parte de sus parejas no suelen buscar algún tipo de ayuda o apoyo, ya sea por miedo a ser estigmatizados o por la falta de conciencia sobre los recursos disponibles para ellos.

DESARROLLO

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2016), el 30.6% de los hombres en México reportó haber sufrido algún tipo de violencia.

La misma encuesta reportó que la forma más común de violencia hacia los hombres es la emocional (29.1%), seguida de la violencia física (19.7%) y la violencia sexual (7.6%).

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) ha declarado que la discriminación puede ocurrir cuando las leyes y políticas de violencia de género no tienen en cuenta a los hombres como víctimas potenciales y, por lo tanto, no les brindan la misma protección que a las mujeres.

De igual forma, se ha señalado que se debe reconocer que los hombres también pueden ser víctimas de violencia de género y que necesitan protección y apoyo, ya que las leyes y las políticas de género deben ser equitativas e ir en ambas direcciones (hombres y mujeres).

Pero, y ¿Cómo es que comienza la violencia a los hombres?, es la pregunta que seguramente podríamos hacernos, y expertos aseguran que, la violencia recurrente que las mujeres ejercen hacia los hombres es la psicológica y esta es llevada a cabo a través de humillaciones y generar el provocamiento de presión para que dejen de asistir a reuniones, o deje de visitar a su familia y si él va, la mujer intenta realizar un drama para hacerlo sentir mal y el hombre al ver las consecuencias y problemas que pudiera generar en su relación prefiere ceder.

Derivado de este comienzo de violencia, los hombres comienzan a entender (erróneamente) que el disgusto de su pareja es culpa de él mismo y comienza a aceptar y a soportar, es por eso que comienzan a callar, a sentirse avergonzados pensando que no es el hombre que debería de ser derivado de la educación sociocultural que cada uno pudiera tener.

Desgraciadamente la violencia hacia los hombres no está considerada como un problema social, incluso es minimizado y más, al no existir hombres que denuncien la violencia ejercida hacia ellos, pero legislativamente hablando considero deberían de existir ciertas leyes que pudieran protegerlo respecto a este tipo de violencia.

Existen diversos factores por los cuales el hombre se abstiene de denunciar entre ellos, la falta de credibilidad de haber sido maltratado por una mujer, la falta de información legal referente al delito de violencia familiar y la peor de todas: la burla y humillación que viven al exponer el maltrato y que sea el mismo Ministerio Público el que denoste a la víctima.

El Código Penal de la Ciudad de México, en el Título Octavo, Capítulo Único, Artículo 200 menciona:

“A quién por acción u omisión, ejerza cualquier tipo de violencia física, psicoemocional, sexual, económica, patrimonial o contra los derechos reproductivos, que ocurra o haya ocurrido dentro o fuera del domicilio o lugar que habite, en contra de:

I. El o la cónyuge, el o la ex-cónyuge, la concubina, ex-concubina, el concubinario o ex concubinario;

II. …

III…

IV…

V…

Se le impondrá de uno a seis años de prisión, pérdida de los derechos que tenga respecto de la víctima incluidos los de carácter sucesorio, patria potestad, tutela y alimentos, y se decretarán las medidas de protección conforme a lo establecido por este Código y la legislación de procedimientos penales aplicable al Distrito Federal; además se sujetará al agente a tratamiento especializado que para personas agresoras de violencia familiar refiere la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el que en ningún caso excederá del tiempo impuesto en la pena de prisión, independientemente de las sanciones que correspondan por cualquier otro delito.”

Sí bien el Código Penal de la Ciudad de México condena a la violencia en ambas direcciones, las medidas de protección que son implementadas para la mujer no suelen ser otorgadas a los hombres, ya que como la misma Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia lo menciona: “…sólo deberán otorgarse por la autoridad competente cuando impliquen violencia contra la mujeres.” (Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, 2007).

El protocolo de actuación que la autoridad realiza frente a una denuncia de violencia, dependerá del género que la presente, esto es, sí es la mujer la que se presenta ante la autoridad, las medidas precautorias se aplican de inmediato, la examinación de las lesiones son evaluadas con celeridad, incluso las citas para la atención psicológica son emitidas al momento; acto contrario sucede cuando es un hombre el denunciante, tal pareciera que su procedimiento se paralizará, existe mayor complicación para cada una de las actuaciones y sin tener el beneficio de las medidas precautorias que pudieran protegerlo según el grado de violencia.

Y es que desgraciadamente el empoderamiento a la mujer nos ha llevado al extremo, en el cual, al estar jurídicamente protegidas, exceden de dichos derechos, pudiendo abusar así de su pareja, justificando cualquier acción de defensa y maltratando al hombre.

Uno de los errores de la estrategia de brindar sobreprotección a las mujeres para erradicar la violencia de género es que puede reforzar roles de género estereotipados que perpetúan la discriminación y la violencia contra las mujeres. En lugar de promover la igualdad de género, la sobreprotección puede crear una imagen de las mujeres como seres vulnerables que necesitan ser protegidos por los hombres.

Las diversas políticas y programas que el gobierno ha implementado se centran exclusivamente en la protección de las mujeres también puede no abordar las raíces profundas de la violencia de género, como los estereotipos de género, la desigualdad económica y la falta de acceso a la justicia.

Debemos comenzar a dar un enfoque integral para abordar la violencia de género. Esto incluye trabajar para transformar las normas culturales y los estereotipos de género que perpetúan la violencia, así como promover la igualdad de género y la justicia para todas las personas, sin importar sexo u orientación sexual.

En 2006 se publicó la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la cual tiene por objeto regular y garantizar la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres, de igual forma la misma ley estipula los mecanismos institucionales para poder cumplir con la mencionada ley. (Instituto Nacional de las Mujeres, 2006)

Y es que tampoco debemos omitir que nuestra Carta Magna brinda a cada uno de los mexicanos, sin importar su género, la igualdad ante la ley, haciendo cumplir los Derechos Humanos Universales.

CONCLUSIONES

La violencia de género es un problema gravísimo y excesivamente preocupante, sobre todo cuando no existe la igualdad entre las mujeres y hombres.

El problema actual que tenemos es que existe una escasa información respecto a las características de violencia dirigida a los hombres, de donde viene, con base en qué, el volumen de incidencia; si bien existen algunas denuncias ante las autoridades estas no pueden ser cuantitativas para entender el problema en realidad.

Es necesario que la autoridad comience a dar la legalidad que se necesita por igual a cada uno de los géneros, no podemos seguir permitiendo que las incidencias en contra de los hombres vaya en aumento, no me queda duda que existen mujeres que han abusado de la protección para evitar que sean castigadas, incluso amenazan al hombre con denunciarlos si no cumplen con lo que ellas requieren.

Debemos abordar el estigma y la falta de conciencia sobre la violencia de pareja contra los hombres, y garantizar que los hombres tengan acceso a los recursos y servicios necesarios para protegerse de la violencia. Esto puede incluir la educación y la concienciación sobre la violencia de pareja, así como el acceso a servicios de atención a las víctimas y medidas de protección adecuadas.

Esta nota no tiene como finalidad menospreciar o vulnerar a las mujeres, soy mujer y entiendo que derivado de la brutal violencia que los hombres ejercieron y ejercen en contra de nosotras las autoridades se han visto obligadas a regular y proteger la esfera de la mujer, sin embargo, considero que no debemos estar MÁS protegidas que los hombres, sino que debe existir una equidad en donde el que violente debe ser castigado.

“La primera igualdad es la equidad”
-Victor Hugo-

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