COFEPRIS, rezago en tiempos de pandemia

La COFEPRIS ya no es aquella máquina eficiente de antaño, que realizaba su trabajo como un reloj suizo, respondiendo en tiempo y forma las solicitudes de parte de la industria farmacéutica. A este rezago -bien conocido por todos- se le suma la situación actual de la pandemia, lo que vino a empeorar la situación que se volvió una crisis severa actual para todo el gremio farmacéutico y demás interesados que realizan tramitación ante esta dependencia.

Ahora bien, con el propósito de aventajar en este rezago se liberó el nuevo sistema de citas, como un intento paliativo a la solución a este problema; desafortunadamente pareciera que, más que ayudar y agilizar los trámites representa una barrera para lograr obtener resoluciones, ya que el limitado número de trámites y el candado de no poder solicitar citas hasta no agotar alguna previa tramitada, burocratiza el proceso y retrasa aún más el calendario de actividades de la industria.

Día a día las tecnologías informáticas y redes son indispensables para realizar tareas remotas y que éstas sean simples. En la actualidad, existen autoridades regulatorias alrededor del mundo que cuentan con sistemas electrónicos para la presentación de trámites con un solo “clic” -y desde la comodidad de una oficina o inclusive desde “home office”-, lo que ayuda ampliamente a la agilización y desahogo de los trámites de los solicitantes; nuestra agencia reguladora debería de seguir esta tendencia.

Sin duda alguna vivimos tiempos acelerados, donde las necesidades de las personas deben de ser satisfechas en pronto tiempo. Esta situación sucede con el sector de la salud, en donde es un requerimiento primordial el contar con productos farmacéuticos legislados, accesibles y que se encuentren a la mano -tanto en mercado privado como en gobierno-, por lo cual, las empresas del ramo farmacéutico hacen sus planeaciones con la debida antelación precisamente para estar en el mercado lo más pronto posible, y sin pensar -o sin siquiera imaginar- que se encontrarán con una fila sin fin de trámites pendientes de resolución, lo que hace que la planeación previa se pierda por completo.

La situación actual es de suma importancia y conllevará consecuencias en los años venideros si no se toman cartas en el asunto para una resolución lógica, coherente y pronta. Anteriormente se contaba con citas técnicas y reuniones en las que se conocían el estatus de los asuntos y trámites, permitiendo conciliar mediante procesos de mediación y soluciones prácticas a cualquier inconsistencia -lo que también se dice provocaba actos de corrupción y por los cuales, lamentablemente, pagaron justos por pecadores-. Lo cierto es que, en un proceso institucional y transparente, este tipo de sesiones permitían agilizar la tramitología.

Es indispensable reabrir el dialogo entre ambos actores para poder aventajar en esta situación, y permitir que nuevas terapias -o terapias urgentes- lleguen pronto a los pacientes, ya que son ellos los más necesitados de que, en COFEPRIS, existan procesos más eficaces y expeditos.

En conclusión, se requiere trabajar en equipo -dependencia e industria- en un sistema sencillo para el proceso de tramitación, apoyado en cambios profundos y sustanciales regulatorios, para contar con un sistema electrónico que ayude aligerar, en primera instancia, el rezago y, posteriormente, a tener una dinámica ágil y en cadena que permita someter y resolver los trámites en tiempo récord; luego entonces, se necesitan procesos que estén a la altura de las necesidades de la sociedad mexicana.

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